La velocidad importa

Cuando se trata de servicios la velocidad toma un significado preponderante.
Pretendemos que el servicio técnico, profesional o la asistencia solucione a toda velocidad aquellos sistemas o artefactos que, en su ausencia momentánea, revalorizan su importancia.

"En una semana queda funcionado, listo o reparado" 

Entonces, en un regateo con el tiempo como moneda de cambio, sustentado en la importancia vital del elemento, sistema o servicio dañado, logramos que sea en 6 días y medio.

Mientras tanto, padecemos el deceso momentáneo del elemento imaginando cómo pudimos vivir hasta antes de su “creación”.
Vivimos en un nivel de inmediatez que cualquier respuesta por debajo de nuestras expectativas de tiempo es una provocación a nuestra ansiedad.

Puede ser una semana, dos días, una hora o 5 minutos que todo nos parece lento.
A la velocidad de la luz, la tecnología se apiada de la ansiedad del solicitante con respuestas automáticas.

Gracias por contactarnos - Le responderemos a la mayor brevedad posible
Su solicitud se recibió con éxito, a la brevedad resolveremos…


En cuanto a los servicios de comunicación la velocidad toma otro valor, porque existe el comparativo de ser más veloces que el resto para llegar primero y así posicionar el mensaje.

Por su parte, donde no llega tu mensaje llega el mensaje de tu competencia.

Los espacios vacíos no existen en la dialéctica de la comunicación, por eso es fundamental dar respuestas a toda velocidad.

La velocidad en forma de respuesta inmediata significa estar por adelante de la comunicación de un producto o servicio.

Comunicar rápido, comunicar primero, permite abrir camino. De lo contrario, nos queda seguir la estela de los otros.

En AC entendemos que la respuesta inmediata también tiene que imponerse en el trato diario con nuestros clientes, ya sea con un diseño concreto o con una simple corrección.

En definitiva, la velocidad nos importa y ocupa como una manera de actuar en pos de ser originales